En llegando al final, no cabe el final. Esto es el camino...Hemos llegado a nuestro albergue donde nuestra jefa, nos ha marcado las reglas y se ha permitido hacerse una foto conmigo (a petición de Chuqui). Tras la preceptiva ducha hemos ido a disfrutar de un merecido paseo enológico-gastronómico por la capital del tapeo. La calle Laurel y la calle San Juan han sido nuesto referente. La cultura ha estado presente entre vino y vino, entrando en la Iglesia de Santa María, en la de San Bartolomé (de lujo!!), Iglesia de Santiago (con sello incluido), etc. Las tapas y los vinos han sido de lujo (siempre a libre valoración), pero el ambiente de la calle era envidiable. Nos sentimos a gusto de estar aquí y algo tristes porque hasta el año que viene no volveremos a vivir el camino. Mientras, hemos tropezado con nuestra peregrina de Barcelona (hasta tres veces), con Emilio (el peregrino granaino que hoy volvía a la tierra contento, contento), con Sergio, uno de los peregrinos bascos, buen zagal, animoso, echao pa´lante y del Athletic...
Recuedo especial para los que seguro están aquí, como los Borrego, Fer y Noe (especial para ella y sus padres).
Besos para todos
de parte de los peregrinos
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