El Camino Francés se inicia en el puente sobre el río Nive. Accedemos a la rue d'Espagne, atravesamos la calle de una punta a otra para traspasar los muros de la antigua muralla y llegar hasta un poste de madera. Clavada, junto a una concha y la marca del GR 65, hay una señal que indica Chemin de Saint Jacques de Compostelle. Un terrible repecho nos recibe y debe afrontarse despacio, ya que la etapa va a exigirnos mucho esfuerzo. Ascendiendo por pista asfaltada, entre intermitentes barrios de casas como Iruleya y Erreculus y rodeados de verde, llegaremos al núcleo de Honto (Km 5). La pista nos da una tregua con una sucesión de curvas. De nuevo en asfalto, pasamos junto a una fuente y una mesa de orientación emplazada en un miradorcon una panorámica de Saint Jean Pied de Port (Km 6,4). Un kilómetro más arriba llegamos hasta el albergue Orisson. Seguimos avanzando por estrecha carretera. Cuatro kilómetros adelante, a unos cien metros y a mano izquierda, se puede distinguir sobre una cresta rocosa la talla de la Virgen de Biakorri (Km 11,3).
Tras veinte minutos de marcha pasamos el desvío que baja hasta la localidad francesa de Arnéguy y dos kilómetros más adelante llegamos al punto clave de la jornada: un hito de piedra con una señal de madera tallada con la inscripción Roncevaux/Orreaga (Km 15). Significa abandonar la pista asfaltada y continuar por el prado. Pasamos junto a una cruz y ascendemos a una loma, dejando a nuestra derecha un refugio de piedra. En un kilómetro entramos en España y llegar al collado de Bentarte, donde encontramos la Fuente de Roldán. En breve, una triple señal de madera nos indica que sigamos por la derecha hacia Roncesvalles. Por un hayedo y una pista forestal alcanzaremos el collado Lepoeder, cota máxima de la etapa a 1430 metros de altura. (Km 20,5).
